Las demoledoras caricaturas de Ricardo Rendón, las vehementes denuncias de Jorge Eliécer Gaitán en el parlamento, y luego las magistrales piezas literarias de Alvaro Cepeda Samudio (La casa grande) y Gabriel García Márquez (Cien años de soledad), junto con la perdida escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancourt, son lo más destacado de aquel suceso, que solo buscan hacer trancender y llenar los vacíos que fueron dejados.
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